En algún lugar de Asgard.- La última vez que vimos a Thor en Avengers Endgame nos fue imposible no sentirnos identificados con el llamado Dios del Trueno: con sobrepeso, tirado en el sillón, bebiendo una chelita y echando la reta con los amigos. Sin embargo Hollywood vuelve a crear falsos estereotipos y todo eso era nada más que una botarga que vestía el eterno mamey de Chris Hemsworth.
Ahora en lo que parece ser un nuevo capítulo de “Los privilegiados también lloran”, el señor Hemsworth ha declarado que no se le toma en cuenta como un actor serio debido a los más de diez kilos de pura carne magra que se carga el hijo de Odín, o lo que es lo mismo, entró al cliché del atleta sin otra cosa que ofrecerle al mundo más que su cuerpo.
“El fisicoculturismo es visto como una vanidad, pero si subiera un montón de peso o me dejara morir de hambre, que no son cosas saludables, con tal de obtener un papel, probablemente me llamarían un actor serio” señaló el actor australiano , y ante tales palabras directas al corazón nos dan ganas de abrazarlo por la espalda y susurrarle: “Ya, ya pasó corazón”.
Fuera de las producciones de Marvel, el resto de las películas que ha protagonizado Chris Hemsworth son básicamente lo mismo: un atractivo rubio macho alfa que a la menor provocación se quita la playera, enseñándole al sol cómo se debe de brillar. Incluso tiene una película donde interpreta a un hacker y… ¿alguien le creyó? ¡No hay hackers así de atractivos y con el abdomen marcado!
Mientras limpia sus lágrimas, Chris Hemsworth sigue trabajando en la cuarta parte de Thor al lado de Natalie Portman quien regresa a la saga para mostrarle a Hemsworth como ella también puede ponerse mamey mientras le pide al Thor que le sostenga su Óscar a Mejor actriz.
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FUE UN PLACER CONOCERTE PERO CIERTO
¿POR QUÉ HABRÁ SIDO? PERO CIERTO
INSUFRIBLEMENTE REAL
SERVICIALMENTE REAL