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Mamá de gamer le tira su colección valuada en más de 10 millones de pesos

Por si creías que tu antiguo cuarto en casa de tus papás sigue siendo tuyo…

Avenida del Pepenador.- Desagradable sorpresa se llevó un gamer adulto (de esos que ni van a heredar nada, ni se van a jubilar, ni les tocarán terrenos baratos), al descubrir que toda sus colección de videojuegos fue tirada a la basura por su madre.

Un gamer enloquecido… eso sí lo quiero ver

Y no, el jovenazo no vivía en casa de sus padres, sino que usaba su antiguo cuarto como almacén de esos objetos que fue comprando con el paso de los años.

“Había dejado mis cosas guardadas en casa de mi madre. Hoy me he encontrado con que tiró mi Ataris, Coleco, Intelli, Famicom, Super Famicom, TGfx, PCE, NG AES, MegaDrive, Master System… básicamente todo aquello que no me lleve”, denunció enfurecido el gamer.

El individuo es empleado de J&L Game, famosa tienda de videojuegos en la ciudad de Nueva York, quien había comprado videojuegos desde que era niño, y de hecho, era tan grande y valiosa su colección que precisamente usaba la casa de sus padres para guardarlos, pero no contaba con que su madre necesitaba su cuarto para guardar cajas con cosas que no volvería a usar jamás.

“Mi madre tiró TODOS mis juegos de PS1, más de 500 juegos aún sellados. Voy a matar a alguien”, decía el tuit que luego fue borrado. “Más de 500.00 dólares en juegos”, agregó lamentándose.

Además de los valiosos juegos de colección, la señora que no conoce eBay le tiró su colección de cómics, cartas Magic, amplificadores Marshall, entre otros objetos que en total daban la suma de 10 millones de pesos.

Alguien podrá pensar que es exagerado pensar que se pueda tener 10 millones en videojuegos, pero es porque no tienen ni idea de en cuánto se vende actualmente un NeoGeo o un juego de NES sellado.

Sería interesante ahora conocer la reacción de la persona que se encontró la colección en el contenedor de la basura…

Esta historia nos hizo recordar este capítulo de Friends:

Ya que andamos con adultos maduros, una pasajera de un avión le pegó un chicle en el cabello de una mujer que no dejaba de molestarla.

 

Adolfo Santino