México.- Tenemos que aceptar que vivimos en tiempos en los que el reguetón domina la música popular. Con ello, viejos, adultos, jóvenes y chamacos caguengues encuentran en su ritmo el momento perfecto para perrear hasta el suelo.
El perreke, normalizado como baile de la noche o a solas en tu cuarto, llegó hasta el lugar más inocente y poco fértil para mover el derrier: la escuela.
Según un video difundido por varios alumnos de la Escuela Secundaria José López de la Cueva, ubicada en Tiquesquitengo, podemos observar a varios miembros del alumnado cometer el terrible pecado del perreo.
Lo más deplorable de esta situación, es que se dio justo en el momento en que se está haciendo el juramento a la bandera.
Mientras uno de los alumnos menciona el famoso “símbolo de la unidad de nuestros padres y nuestros hermanos”, un grupo de pubertos punketos, que ahora se identifican como gente del 4ºB, comenzaron a mover el bote sin control.
Los profesores no se dieron cuenta en su momento, pero el video quedó para la posteridad. Sin embargo, nuestro juramento periodístico nos prohibe publicar dicho acontecimiento pues se trata de menores de edad.
Aquí acercamientos pixeleados para que más o menos te des una idea.
Miles de personas murieron para que la bandera soberana de México izara ante un cielo libre del imperio español, ¿y todo para qué?, ¿para que un par de jóvenes sin propósito pervertieran a la nación? No lo creo.
Ahora bien, nada de esto ocurrió… bueno sí en parte, pues las imágenes de infantes en pleno perreo es real, pasó en Paraguay hace ya unos ayeres. Aquí lo realmente malo es que te lo creíste porque es completamente posible.
Como redacción seudo melómana que todavía cree que el Discovery de Daft Punk es lo máximo, deseamos mandar un mensaje que dice NO al perreo en lunes.
Venga, chicos, desde arriba: we are the world, we are the children…
COLONIZADORAMENTE CIERTO
Además de cena en casa ajena, conocerán a las sobrinas del patrón
Lo usaron de medio de transporte hasta el valle que la nieve cubrió
"¿Cómo vas, ma'? ¿Ya hay buñuelos?", preguntó un chavo todavía en pijama
ESPLÉNDIDAMENTE REAL
MADURAMENTE REAL