México Mágico – Jueves por la mañana, despiertas y descubres que tu teléfono se quedó sin pila por lo que no sonó tu alarma y ya es tardísimo. Te bañas con la velocidad de Flash, te pones lo primero que encuentras y sales corriendo de casa.
Como aún no te han depositado, no te queda de otra más que usar el metro y aventurarte a la lucha diaria en contra de las miles de personas, que al igual que tú, sueñan con alcanzar un lugarcito en el vagón.
El momento ha llegado, las puertas se abren frente a ti y te orillas (porque eres bien civilizado) para dejar salir antes de aventarte como en un slam de Panteón Rococó y hacer todo lo posible por permanecer dentro y que no se te caigan tus audífonos donde suena “La Carencia”.
Ya adentro y harto de la incomodidad, de que te “den baje” con tus pertenencias o simplemente porque no entiendes cómo es que desde tan temprano la gente ya huele a se-ulo, tomas medidas drásticas en donde tu cuerpo esbelto y tu flexibilidad serán tus mejores aliados.
Pues tal como lo vez, este muchachito se puso muy cómodo y le quitó agarre a los demás usuarios con tal de llegar a su destino, dejándonos miles de interrogantes, ¿Cómo logró llegar hasta ahí si el vagón esta lleno? ¿Quien iba a la altura de sus pompis? ¿Cómo logró bajar? nunca lo sabremos…
Aaaahh, pero eso no es todo…
CONYUGALMENTE REAL
"AUSTERAMENTE" CIERTO
ENCIMADAMENTE REAL
"¿QUIÉN PIDIÓ MARIACHIS?" PERO CIERTO
DESCALABRADAMENTE REAL
"Creo que fuimos un poco duro contigo", le dijeron los mexicanos a Adal