México.- El 7 de enero de 1950 nació un ángel... un hermoso ser de luz que bajó a la tierra para brindarnos música, amor y baile; un ser disruptivo que trajo brillo arcoiris a un país sumido en una aburrida escala de grises.
Desde su fallecimiento hace 2 años, las cosas han ido de mal en peor pues era él quien sostenía la bondad, la belleza y el amor del mundo en su barriguita chelera y sus covers de Creedence. “Si la gente canta, todo está bien”, decía, y yo le creí.
Hoy lo recordamos con lágrimas en los ojos pero con muchas enseñanzas, pues Juan Gabriel sufrió de pobreza, injusticias y discriminación, en especial aquella ocasión que su madre intentó venderlo a unos panaderos.
Sin embargo, Alberto Aguilera
encontró en su corazón el poder de la lentejuela y salió adelante.Mismo poder invade hoy los bolsillos de Cristian Castro, quien no encontró consuelo en su tributo a José José, también quiso aumentar un par de kilos, hacerse unas mechas rubias cenizas y ponerse un traje sastre para cantar canciones de nuestro divo en una ambientación disco porque “soy Cristian Castro y estoy bien pinche loco alv”.
Con tres pesos de presupuesto pero mucho mucho amor al autor de “Yo no nací para amar”, el “Gallito Feliz” encontró en “Mi tributo a Juan Gabriel”, la manera de lanzar una bendición al cielo para Juan Gabriel, y con él, nos unimos todos en esta redacción.
Besote hasta el cielo, mi amado Juanga, haz cantar a Dios con tu dulce voz y mensaje de paz. Dos años sin ti… pero tenemos que seguir, así lo habrías querido tú.
"Si así se ponen por unos bollos, no quiero ni pensar cuando instalemos Taco Bell…
DESESPERADAMENTE REAL
COLONIZADORAMENTE CIERTO
Además de cena en casa ajena, conocerán a las sobrinas del patrón
Lo usaron de medio de transporte hasta el valle que la nieve cubrió
"¿Cómo vas, ma'? ¿Ya hay buñuelos?", preguntó un chavo todavía en pijama