Venezuela del norte.- Tras el triunfo de AMLO, múltiples y repentinos cambios se han vivido en nuestro hermoso país desde el primer minuto que se declaró ganador (y hasta la mismísima Mafia del Poder aceptó su derrota). Uno de ellos es la nueva gastronomía, pues repentinamente todas las tradicionales garnachas comenzaron a convertirse en arepas venezolanas.
Ante este nuevo alimento de la dinastía de AMLORD, la incertidumbre chilanga se hizo evidente desde la primera mordida a la arepa: “cámara, esto cómo se comeee”, exclamó Brandon Hernández, “hay que quitarle el queso”, repuso Kevin Gutiérrez, “¿y si nos las chingamos en un bolillo?”, concluyó Brítani López, todos ellos ilustres comensales de Iztapalapunk.
Por ello, sin más preámbulo, la jefa de Gobierno electa, Claudia Sheinbaum, convocó a un congreso urgente para determinar si las arepas deben llevar queso o no,
o si en algunos casos van a llevar queso y en otros pueden ir sin queso.Más allá del queso o del no-queso, la discusión gastronómica de la arepa ha tocado también diferentes puntos del imaginario chilango. La principal incertidumbre es determinar cuántas arepas caben en un bolillo y si se les va a poner salsa verde o roja, chipotle o rajas, Valentina o Botanera, del que pica o del que no pica.
Por último, aún no se ha decidido quién será la persona encarga de vender y preparar estos tradicionales platillos de la Venezuela del Norte: si el señor taquero que te dice güerito, o Doña Pelos, o incluso el del carrito de tamales oaxaqueños podría encargarse de esta nueva y heroica labor.
"Ahorita llega la novia, tía"
RECLAMONAMENTE CIERTO
BOCONAMENTE REAL
"Ni parece que está hablando español", se quejó el dueño de una franquicia de pollos…
Yamcha tampoco puede superar que le hayan bajado a Bulma
Son los mismos que se andan con gorra en todos lados