Ciudad de las Guajolotas.- Adolfo Sánchez, joven jaranero y fandanguero veracruzano que nunca ha ido a Veracruz y que nació en la Ciudad de México (donde ha vivido toda su vida), expresó en redes sociales su inconformidad ante la gran oleada de personas que tocan el ukulele para ser únicas y detergentes.
Aunque Alfredo también cayó en la tentación de comprarse un ukulele, eso no le impidió para expresar su rechazo: “los que tocan el ukulele son ridículos, ni siquiera son hawaianos”, dijo el joven músico mientras afinaba su jarana y se ajustaba el paliacate para subirse al metro y tocar “La bamba” y “La bruja”, ay mamá.
En el último video que Alfonso subió a su canal de YouTube (que ya cuenta con quince suscriptores), se le ve cantando “El siquisirí”, y al final comenta: “amigos, quiero concluir este video al hacer pública mi inconformidad ante la moda del ukulele, esas personas que tocan el ukulele nos roban espacio a los auténticos músicos tradicionales”.
Por su parte, las personas que suben cada diez minutos historias en sus redes sociales donde tocan el ukulele, dijeron que las jaranas ya pasaron de moda, que son un instrumento poco llamativo y que ya nadie le da “like” a un video donde alguien toque con jarana.
“Lo de hoy, es hacer una voz aguda como la de Carla Morrison y tocar con el ukulele algún cover”, dijo Melissa Díaz, estudiante de Antropología y artista independiente que vendió su jarana para comprarse un bello ukulele en Mercado Libre.
"Si así se ponen por unos bollos, no quiero ni pensar cuando instalemos Taco Bell…
DESESPERADAMENTE REAL
COLONIZADORAMENTE CIERTO
Además de cena en casa ajena, conocerán a las sobrinas del patrón
Lo usaron de medio de transporte hasta el valle que la nieve cubrió
"¿Cómo vas, ma'? ¿Ya hay buñuelos?", preguntó un chavo todavía en pijama