México.- La vida de Adrián Valdez dio un giro inesperado al contraer la molesta gripe y quedarse ronco y mocoso por unas semanas, gracias a omitir las recomendaciones sanitarias de su santa madre quien dadivosa, recurrió a la chancla como método de cura infalible.
Lamentablemente el remedio resultó peor que la enfermedad y el pequeño Adrián salió obligado a comprar tortillas por ordenes de su madre. Pero el destino le tenía algo mejor guardado que medio kilo de tortillas con todo y papel, más un taco de sal.
Justo al pedir su encargo, la grave y ronca voz del pequeño niño maravilló a un productor de radio local que se encontraba en la fila de las tortillas y que lo invitó a colaborar en su nuevo programa radiofónico.
El niño titubeó y moqueó un instante, pero los constantes castigos de su madre lo orillaron a seguir el exitoso camino de la locución, por lo que se enfrascó en una nueva aventura llena de chistes, arrastradas y frases motivacionales.
El nuevo programa tuvo un éxito inmediato en todos los microbuses y taxis de la ciudad, quienes convirtieron en influencer y estrella local al niño chiquito, que comenzó haciendo comerciales para partidos políticos mientras su poder viral se volvía más fuerte.
Lamentablemente la fama le cobró factura y su fuerte adicción a los medicamentos contra la gripe poco a poco le fue agudizando la voz hasta volverla infantil e inentendible, situación que poco a poco lo fue alejando de los micrófonos hasta perder su fama.
Ante el regreso de su voz normal Adrian Valdez se retiró a su hogar donde vive con su familia, va a la escuela primaria y continúa recibiendo castigos de su madre por no traer las tortillas desde hace dos semanas.
COLONIZADORAMENTE CIERTO
Además de cena en casa ajena, conocerán a las sobrinas del patrón
Lo usaron de medio de transporte hasta el valle que la nieve cubrió
"¿Cómo vas, ma'? ¿Ya hay buñuelos?", preguntó un chavo todavía en pijama
ESPLÉNDIDAMENTE REAL
MADURAMENTE REAL