México.- La niñez es una etapa inocente y llena de alegría, juegos, mascotas y diversión que cada persona recuerda gratamente. Lamentablemente esa tierna época con el paso del tiempo se convierte en una cruel dictadura llena de recuerdos amargos y despiadadas muertes sin sentido para algunas mascotas.
Desde las inocentes bromas al perrito de la casa hasta la incineración de pequeñas hormigas inocentes, muchas de las mascotas que eran populares en la niñez tuvieron un cruel desenlace en el jardín o en el inodoro de la casa
Estos tiernos pollitos se vendían como pan caliente en los parques y afuera de las primarias públicas de casi todo el país. Sus colores intensos y accesorios pegados con silicón los convertían en una mascota-juguete de 3 días de vida.
Los ejemplares favoritos de los entusiastas del acuario eran los peces más llamativos que un billete de veinte pesos podía comprar. Estos tiernos y dóciles ejemplares tenían una feliz vida en el interior de una botella de refresco o vaso de agua, hasta que un compañero de preprimaria traía uno en una asfixiante bolsa de plástico.
Lejos del humor juvenil e hilarante de sus famosas familiares neoyorkinas, las tortugas japonesas eran la prueba viviente de que un niño no puede tener a su cuidado a ningún ser viviente. Ya que estos pequeños reptiles morían de inanición, infecciones y atrapados detrás de una maceta en su búsqueda por la libertad.
Si algo dejó claro el cine es que los hámsters son el candidato perfecto para ser un hermanastro divertido. Aunque en la realidad era un prisionero asustado que terminaba apareándose con ratas o servían como alimento para la serpiente del hermano mayor.
Entre cuadros y revistas, camisetas, discos y jeans, se encontraba un carnal vendiendo la última camada de su perrita pitbull. De a 500 el macho y 300 la hembra, un padre de familia podía hacer feliz a su vástago con una cría que moriría a las tres semanas por una infección desconocida o terminaría en las calles como fiel amigo de los vagabundos o como pollo a la naranja de cualquier restaurante de comida china.
Los fines de semana en el famoso lago artificial de la Ciudad de México se llenaban de niños inquietos que utilizaban un envase de refresco para capturar decenas de charales entre las aguas verdes de Chapultepec. Estos peces genéricos duraban días siendo alimentados con migajón hasta que desesperados, se comían entre ellos por tratar de sobrevivir.
Objeto de curiosidad por los niños amantes de la naturaleza, nunca fueron considerados seres vivos y eran las víctimas favoritas de la lupa, ese extraño objeto cuya vida útil se limitaba en quemar vivos a estos diminutos seres.
Una prueba de valentía y destreza consistía en capturar una lagartija sin que esta se escapara soltando su cola, aunque era curioso ver aquella extremidad mutilada retorciéndose en la mano del infante.
Nada como una agradable tarde comiendo trozos de pan en el suelo, hasta que un monstruoso niño gritón se acercaba violentamente tratando de atrapar a las palomas que huían aterradas de su depredador de menos de un metro de altura y pasos torpes.
"¿Por qué no avisaron que era un musical?", se quejó Todd Phillips
DIVIDIDAMENTE REAL
BLOQUEADAMENTE REAL
TENSAMENTE CIERTO
AMENAZA CUMPLIDA PERO CIERTO