México.- Juan Ramón Sánchez, hombre de mediana edad, trabajaba de sol a sol despertándose bien temprano por la mañana y llegando bien tarde a su casa del trabajo.
Todo iba bien hasta que de pronto, un día se cansó y renunció.
Dejó de aportar a la sociedad, se convirtió en su propio nini, apoyado por sus hijos que de vez en cuando le mandaban una lanita por ahí.
Poco a poco, el señor Sánchez, comenzó a ganar peso, perder cabello y enfermarse más seguido, dejó su rutina para dedicarse a las apuestas de futbol.
Cuando ganaba, todo era maravilla y felicidad, pero cuando perdía, mentaba madres por todos lados y se encerraba en su cuarto, culpando a Díaz Ordáz y a todos los presidentes que le han seguido.
“Es que Peña es el culpable, ese señor que sólo se sienta en Los Pinos y levanta sus deditos, Fox también, Calderón… hizo de las suyas, todos son iguales, AMLO ni se diga, va a ser lo mismo de siempre, nos ha ido de la chingada por culpa de todos ellos”,
gritó el señor Sánchez desde abajo de su cama en entrevista exclusiva desde afuera de su cuarto mientras se secaba las lágrimas por perder otra apuesta.Dichas palabras llegaron hasta la Secretaría de Gobierno, en donde todos los ahí presentes escucharon y decidieron de una vez por todas, tomar cartas en el asunto y enviarle al señor, una canasta con regalos varios, que van desde los ricos y deliciosos dulces navideños, pasando por latitas de ostiones ahumados y una carta en donde se leía: “OLLE PERDÓN”.
Con esto, el señor Juan Ramón se dio por bien servido, dándose las de ganador y derrocador de un mal gobierno que a todos nos ha afectado desde hace más de 80 años.
El señor Juan, al momento tiene enmarcada la carta, con una ficha debajo que dice “¿NO QUE NO?”, mientras le da un sorbo a su cuba y sigue viendo el futbol.
COLONIZADORAMENTE CIERTO
Además de cena en casa ajena, conocerán a las sobrinas del patrón
Lo usaron de medio de transporte hasta el valle que la nieve cubrió
"¿Cómo vas, ma'? ¿Ya hay buñuelos?", preguntó un chavo todavía en pijama
ESPLÉNDIDAMENTE REAL
MADURAMENTE REAL