Vía Láctea.- René Morales fue increpado por su mujer cuando éste llegó a su casa con sólo dos cajas de leche, cuando ella claramente le había pedido que trajera tres.
“Te dije que trajeras tres, ¿ahora con qué me vas a salir? ¿por qué se te olvidó?”, le increpó asertivamente su compañera de vida.
El hombre esperó a que ella se calmara para explicarle lo que lo había motivado para osar desobedecerla, arriesgándose así a perder el débito conyugal mientras la obligación de manutención seguía:
“Sólo compré dos cajas porque la tercera es la vencida”, profirió el hombre con voz temeroso.
La ferocidad de la mujer bajó de intensidad luego de escuchar el válido argumento que su obediente hombre le daba.
Al abrir ambas cajas de leche, el olor que ambos despedían era de frescura lactosa, corroborando que sin duda, la tercera era la vencida.
Aunque tendrán que ir de nueva cuenta al super mercado antes de lo planeado para comprar más leche, les alegra el que no vayan a consumir leche agria que además deja todo el refrigerador con olor a termostato viejo.
No se sabe a ciencia cierta, pero se infiere que este mismo método de selección para evitar productos echados a perder funciona con las frutas, latas de atún y botellas de vino, de lo contrario, ¿de dónde saldría tanta sabiduría popular?
INQUIETATEMENTE CIERTO
PRESUMIDAMENTE REAL
AÑORADAMENTE REAL
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