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Y de la cortada son otros 50: Restaurante cobra por partir un sándwich a la mitad

Que ni pidan salsita para llevar

Provincia Emparedado.-  Un restaurante le cobró a unos clientes por partir el sandwich a la mitad, y que ni pidan más chiles toreados porque se van  a llevar una sorpresa.

Los clientes llegaron a un lugar para comer, y decidieron pedir un emparedado (rayo gachupinizador) para compartir, pero como éste no venia cortado, le pidieron al mesero que si se lo podía llevar para partir en dos, y ahí fue donde ocurrió la magia.

Los comensales le entraron cada uno a su mitad del sandwich sin sospechar que a la hora de pedir la cuenta, ésta incluiría un cobro especial por “servicio de partida”.

Los cobrones hechos ocurrieron en un lugar de comida en el pueblito de Gera Lario, al norte de Italia, en donde les cargaron 2 euros por la cansada labor de dividir el bocadillo en dos.

Este sandwich provocó todo una revolución

“Una tostada se sirve ya cortada en dos mitades exactas. Éramos dos y pedimos una tostada que nos comeríamos juntos en la mesa. ¿Pero tenemos que pagar por partir la tostada en dos? Increíble, pero cierto”, publicó el cliente junto con la foto de la cuenta en donde venía el peculiar cargo.

Fue tanta la molestia de los comensales que escribieron una reseña del lugar especificando el tipo de cobros que hacen, misma que le llegó a la dueña del lugar ejerció su “derecho de réplica”.

“Tuvimos que utilizar dos platos en lugar de uno y el tiempo para lavarlos se duplicó”, justificó la propietaria para el diario “La Republica” luego de que su caso se hiciera viral.

De igual forma, la para nada abusiva dueña de nombre Cristina Biacchi aseguró que los comensales no se quejaron, y que “no entendía de dónde venía la queja”.

“Nadie protestó, y para mí eso es extraño. Ahora es muy fácil esconderse detrás de un ordenador y hablar mal de un lugar”, agrega Biacchi. quien tiene un cobro especial por pedir salsita para llevar.

 

Y por si no lo viste: a una mujer le llegaron los notificadores de Coppel a cobrar y eso que ella ni había comprado nada.

Adolfo Santino