Baile de Graduación.- Sandra Cuevas, presidenta municipal de la delegación Cuauhtémoc, se indignó a media entrevista porque la comunicadora le dijo “señora”.
Los extraños hechos ocurrieron cuando la periodista Adriana Pérez Cañedo entrevistaba a la alcaldesa en su programa de radio Enfoque Noticia, y en algún momento ésta la llamo “señora” desatando la furia de Sandrita.
La entrevista tenía por objeto que Cuevas expusiera su postura sobre la remodelación que está realizando de la Plaza Giordano Bruno, la cual es patrimonio cultural de la entidad y la nación, y por lo tanto se requiere un permiso especial para realizar cualquier arreglo ahí, pero ese letrero no detuvo a la política.
Sin embargo, la entrevista desde el principio se tornó ríspida, llegando a un momento donde parecía debate, tanto que la misma Pérez Cañedo le pidió orden a la alcaldesa.
“Déjeme hablar ahora a mí ¿qué le parece?”, le pide la comunicadora a Cuevas quien estaba a la defensiva.
“No, espéreme. Vaya, qué carácter señora. Yo la estoy buscando a usted para hacerle algunas preguntas, si no las quiere contestar mejor no me hubiera tomado la llamada”, agrega Cañedo y fue ahí donde se despertó la furia de Sandra.
“No creo que le estoy hablando con mucho respeto, no tiene que dirigirse conmigo de esa forma. Me llama usted señora, me está usted interrumpiendo. Me hace una invitación para yo hablar y usted me habla de una forma grosera… A mí no me gusta confrontarme, no me gusta perder el tiempo en este tipo de situaciones… yo le agradezco su tiempo y su espacio y le pido que cuando se dirija hacia mí sea con respeto porque yo la respeto a usted”, esperó la sombría alcaldesa antes de cortar la llamada y dar por terminada la entrevista.
REVITALIZANTEMENTE CIERTO
Es posible que Inés Sains también lo acompañe en la campaña
Acaba de rectificar una oportunidad histórica perdida
Juntar dos latas diarios deja en promedio más que el reparto de utilidades
Más vatos creen tener "la mejor mamá del mundo" que "ser los mejores manejando"
"Si me quiere tanto, que me devuelva mi tupper redondo", espetó una jefecita