“Por favor, vuelvan al océano”, “¿Esto es en serio? Madre mía… qué miedo”, fueron algunas reacciones de personas que mejor pasarán las vacaciones en alguna lugar gélido donde no haya arañas bañistas.
Y pues para no quedarnos con la duda, las “cosas ” esas que salieron del mar, no son ni arañas ni alienígenas, sino platas de Aloe Vera (sí, como los productos que vende tu tía), las cuales por alguna razón desarrollaron tentáculos para trasladarse, y esa parte sí da un poco de miedo y orgullo al señor Darwin, al mismo tiempo.