Increíble pero cierto

Cobrar a lo chino nivel: Regio denuncia el robo de camioneta; la agencia se la apañó por deudor

Estos salieron más bravos que los cobradores de Coppel

Cochera de las sorpresas.-Un vato denunció que le robaron su camioneta BMW pero resulta que la agencia se la había quitado por falta de pago.

Los hechos ocurrieron en Monterrey, Nuevo León, cuando el sujeto en cuestión había llevado su vehículo a un taller mecánico para revisión, lugar a donde llegaron policías municipales para retirar la unidad por lo que en un principio pensaron que se trataba de un robo.

“¿Ah no me pagas la camioneta? Entonces voy por ella a la brava”

Y de hecho, el encargado del taller así se lo informó a su cliente, quien le explicó que “había llegado un hombre para abordar la camioneta y se fue con ella”, y a pesar de que intentó seguir la camioneta “robada”, la perdió al llegar a un famoso centro comercial donde las primas norteñas van a elegir sus mejores prendas para la cena familiar.

Tras hacer la denuncia correspondiente, las autoridades se percataron que el vehículo BBM modelo X3 2014 color café cobrizo con placas de Nuevo León

que había sido reportado como “robado” estaba estacionado en un sótano de la concesionaria llamada “Kavak”, quienes se la habían llevado luego de que su cliente presentara adeudos en las mensualidades del vehículo.

La misma agencia explicó que pudieron dar con el vehículo gracias a la ayuda de la geolocalización (GPS) que tiene la propia camioneta, y fue como supieron que estaba en el taller a la hora de ir por ella, llevando la frase “cobrarse a lo chino” a un nuevo nivel.

La realidad es que la agencia debió haber iniciado un proceso judicial para la recuperación del vehículo por falta de pago, pero ellos sintieron que ya no estaban para esas molestias procesales y pues mejor le dieron buen uso al duplicado del coche.

Aguas con sus deudas, no vaya a ser que los de Coppel sigan estos pasos.

Y por si te la perdiste: Belinda se presentó como “la patrona de los encul*ados” y eso es honestidad.

Adolfo Santino