Increíble pero cierto

Efecto Mandela: ¿Recuerdas el intro de las pelis de Disney? Pues realmente no es como lo recuerdas

Tu infancia no es como la recuerdas realmente

Castillo hueco por dentro.- Todos crecimos viendo las películas de Disney (todos, dije) y una de las cosas que más “recordamos”, en realidad nunca sucedió.

Estamos hablando del famoso intro de las películas de Disney que comenzaba con el famoso castillo emergiendo en la pantalla y que nos daba una tranquilidad de saber que la vida es buena.

El intro se ponía antes de todas las pelis, series y cortos de la marca del ratón que salieron en Beta y VHS, de ahí que entonces esto sea una nota para chavorrucos, por lo que se invita a los centennials a seguir haciendo TikToks.

Volvemos. Es así que ese intro se nos quedó en la cabeza marcado para siempre, pero el problema radica en que muchas (si no es que todas) las personas creen que después de que aparece el castillo de la Cenicienta (que es una burda copia del castillo de Neuschweinstein que está en Fussen, Alemania), sale Campanita para ponerle el punto a la “i” de Disney

. Algo que jamás sucede.

“Claro que sale Campanita, a mí no me van a venir a decir que recuerdo y que no de mi infancia”, aseguró un chavorruco luego de enterarse del hada de los dientes.

Este es el intro en cuestión:

Disney jugando con nuestra mente… no importa cuando leas esto

Y esto es lo que la gente cree recordar y que solo sucede gracias a la remasterización de algún aficionado:

Pero la explicación es muy sencilla: en efecto, hay un intro en donde sale Campanita usando su varita para ponerle el puntito a la “i” pero es del “Maravilloso Mundo de Disney” de a mediados de los 90 y nunca de los cortos o clásicos. Es así, que la gente mezcla recuerdos como le conviene, en una variante del efecto Mandela.

Y como en efecto, nos quedamos puros chavorrucos leyendo esta nota, este era el mejor intro de Disney y lo extrañamos:

Hablando de gente relajada en sus coches: un poblano pidió un Didi estando borracho y lo terminaron llevando a Veracruz.

Adolfo Santino