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Primero el aguacate y ahora los raspados: Mexicana gana licitación para venta en el Super Bowl

Qué mejor que un raspado para ver el partido

Mostrador de las anotaciones.- Una mexicana ganó una licitación para vender raspados durante el Super Bowl del próximo domingo y ahora sí hay emparrillado a la mexicana.

Laura Flores, migrante mexicana de 52 años tiene un negocio de raspados llamado “Sno con amor” en California, donde tendrá lugar el próximo Super Tazón, y ahora ha logrado ganar un permiso pare vender su producto dentro del estadio.

La paisana ha tenido mucho éxito con su negocio de raspados y bolis artesanales por su sabor natural, y precisamente ha sido ese éxito el que la ha llevado a poner sucursales de “Sno con amor” en el estadio de los Dodgers, Santa Anita Park y Coachella. Son 12 sabores frutales los que su negocio tiene, entre los que destacan los de sandía y el de melón, que según dicen quienes los han probado, son una delicia.

Así las cosas, Flores obtuvo una licitación para poner una isla en el Super Bowl el próximo 13 de febrero que disputarán los Carneros de Los Angeles y los Bengalíes de Cincinnati (doblaje cortesía de Antonio de Valdés), partido que por si solo es tan emocionante que necesitan toda una cantidad de artistas al medio tiempo para llamar la atención.

La emprendedora asegura que siempre quiso conectarse con su comunidad, e incluso menciona que un tiempo fue asistente de Salma Hayek de ahí que haya decidido “volver a sus raíces” para vender un producto típico mexicano.

“Estoy muy orgullosa de ser parte de la fiesta del Super Bowl. Todavía no siento que es real, es muy emocionante”, comentó la empresaria mexicana.

“Me quería conectar con la comunidad y dije voy a vender los raspados porque de niña eran mis favoritos, me encantaban los raspados (…) Lo que quería hacer y lo que he logrado es ofrecer una opción más saludable”, comentó Laura en una entrevista para un medio chicano tipo Telemundo.

 

Y por si no lo viste: un Influencer andaba pidiéndoles dinero a sus seguidores y ya se compró un Tesla de 500 mil dólares con lo que les bajó.

Adolfo Santino