Increíble pero cierto

Ni los jedis: el caso del niño mexicano que podía mover cosas con la mente

El caso fue documentado por científicos

Templo Padawan.- La telequinesis es la capacidad de mover objetos sin tocarlos, como cuando tu novia se pone un baby doll.

Hubo una vez un niño mexicano de nombre Joaquín Veláquez quien podía hacer que los focos se apagaran con solo su presencia, que los muebles se movieran solos o que se elevaran las piedras sin tocarlas.

“Ah, es un charlatán”, dirá de bote pronto, usted amable lector. Pues sí, es lo lógico pensar eso, pero este caso estuvo documentado por reporteros, científicos e incontables testigos sin que hubiera jamás una explicación para lo que sucedía con Joaquín,

Desde muy pequeño, sus padres notaron que “algo no estaba bien con su hijo”, e incluso su caso se hizo tan famoso que llamó la atención de los medios de aquel entonces, e incluso el periódico La Prensa en 1938 mandó a monitorear el caso en la calle Héroes de Churubusco en el número 48 de la colonia Portales.

Con ese poder de la mente podríamos preparar una quesadilla sin levantarnos

El caso fue monitoreado por el reportero Miguel Gil quien atestiguó como los focos de la casa se apagaban en cuanto el pequeño entraba al salón, entre otros fenómenos paranormales.

Incluso, la familia pidió ayudar de las autoridades ministeriales quienes integraron un grupo de especialistas para explicar el fenómeno, cosa que no pudo suceder debido a que nunca se pusieron de acuerdo pues mientras unos decían que se trataba de un engaño, otros decían que no había explicación científica para lo que ocurría.

Incluso en alguna ocasión invitaron a un jesuita respetado por la comunidad científica y que era amigo del mago Houdini, quien verificó que el niño “movía objetos con la mente”, aunque en un momento abandonó el caso sin dar explicaciones.

Por último, una sesión del niño fue captada por varios fotógrafos, periodistas y testigos quienes observaron los “poderes” de Joaquín, y quien ante su presencia levantó una mesa sin siquiera tocarla.

Y por si ya no sabías qué paso con él: esto es lo que anda haciendo el Compayito y hasta postres anda vendiendo.

Adolfo Santino