Polo Norte.- Por fin dejarás de preocuparte por entrarle duro a la tragación en Diciembre y es que gracias a la UNAM tus penas se han ido. Científicos de la Universidad hicieron un hallazgo que podría comprobar que las calorías de toda la comida Navidad en realidad no existen, y son los papás y los abuelitos rellenándonos de puro amor
.“Todo es mental. La comida de estas épocas es la más deliciosa; sin contar los romeritos y y el bacalao”, aseguró Nicolás Norte, científico de la UNAM. “En diciembre, el cuerpo libera esporas que lo hacer estar más susceptible a recibir calorías cada 5 minutos. En la mayoría de los casos esta reacción química hace que se te antoje más la comida casera… o de cualquier tipo”, recalcó.
La UNAM sugiere que hay pocos tratamientos para evitar efectivamente el ingreso de calorías al cuerpo en Diciembre. Lo que sí se pue hacer es hacer constantemente ejercicio y, de menos, cuando ves que ya le estás entrando duro contra el muro en la cena navideña y al recalentado, pues poner tus límites, disciplina, autocontrol y decir “Nel, valedor, hasta aquí llegué”.
Según algunos de nuestras fuentes cercanas a Belén, éste no es el único caso en el que los papás nos han engañado por años en épocas de Navidad. Otro estudio sugeriría que los Reyes Magos jamás han visitado tu casa, sino que en realidad, envían tus regalos vía correo a las oficinas de tus papás, donde ellos los recogen y los esconden hasta el 6 de enero. Esta investigación sigue por comprobarse, y no debe tomarse como un hecho real.
Importante: Recuerda que El Deforma es un sitio de entretenimiento, humor y sátira. El contenido en nuestras notas NO debe de ser tomado como una fuente real de información aún cuando algunos elementos de la nota sean parte de la realidad. La única sección en donde el contenido de las notas es 100% real es en “Increíble pero cierto”.
"A mi suegra una vez no le cobraron sus compras", comentó guajiramente un comprador compulsivo
A VOLVER A HACER CITA PERO CIERTO
INMA*MABLEMENTE CIERTO
CIVILIZADAMENTE REAL
VUELA ALTO, HÉROE
IRREFUTABLEMENTE REAL