Alguien le dio al puro clavo

Estudios Krusty.- Definitivamente los 90s fue la mejor época de la historia de la humanidad, pero ustedes  boomers y los centennials no están listos para tener esa conversación, pues de esa bella época sólo han vivído sus vestigios, entre ellos las nuevas y muy malas temporadas de los Simpson.

Quienes crecimos en esa época lo hicimos rodeados de creatividad en el ámbito del cine, la música, la moda, la cultura pop, la literatura, y por supuesto, los programas de televisión. Uno de los más icónicos fueron los Simpsons, los cuales eran una verdadera genialidad en sus primeras temporadas, e incluso criaban más a los niños que los propios padres de la época.

Pero algo pasó, y el programa eventualmente se fue yendo al garete tan rápido que ni nos dimos cuenta. Y es que en verdad el cambio fue tan repentino que no supimos exactamente qué y cómo paso. Pero alguien por fin ha logrado descifrar el momento exacto en el que el nos rompieron el corazón:

La forma en cómo lo hizo fue muy sencillo, pues con base en calificaciones de personas conscientes (aquí se deja fuera la opinión de centennials

y tiktokeros) se llega a la conclusión por ejemplo que el infame episodio de la temporada 23 donde sale Lady Gaga con Lisa es el peor calificado del programa con 3.7 de calificación, y el mejor calificado es ‘El Enemigo de Homero‘ de la temporada 8 con 9.3 de calificación, y de ahí sacar un justo medio para determinar cuándo las calificaciones fueron bajando irremediablemente.

Momento justo en el que los Simpson se volvieron bazofia:

 

La conclusión a la que el usuario llega es precisamente que alrededor de la temporada 9-11 es cuando el programa paso a ser un bodrio, y viendo los capítulos de dichas temporadas hay dos cosas claves que modificaron que abonan a esta caída: primero, que abusaran de los ‘invitados

‘ que salían no sólo ya como ‘cameos‘ sino como verdaderos protagonistas; y segundo, la absurda necesidad de darle popularidad a Lisa, según la apreciación del que hizo la métrica. Listo, se tenía que decir.