Spartan Gym.- Miles de crossfiteros, amantes de la buena vida y de sudar la gota gorda, se han reunido afuera de los gimnasios, con un metro de Susana Distancia entre cada uno. La razón es que, más tarde que temprano, notaron algo extraño. Habían estado pagando por ejercitarse en bodegas y no en verdaderos gimnasios. Si bien ya habían completado la mensualidad de este mes, los reclamos no se hicieron esperar.
“No es posible que nos vean la cara. Nuestro estilo de vida no es la burla de otros” dijo Benjamín, godín de tiempo parcial, con grandes sueños que no ha encontrado un desodorante clínico perfecto. Estos hombre y mujeres ya eran otros, sus cuerpos, aparte de mal olor, desprendían ira e injusticia. La explotación les había colmado la paciencia.
Mientras esto ocurría afuera de la bodega, los administradores y caseros del lugar fueron encontrados en Islas Mujeres. El dinero recaudado les había sido suficiente para escapar antes de la contingencia. En conferencia vía skype junto a nuestros corresponsales, respondieron que sus intenciones se han tergiversado y que sus bodegas son lugares aprobados para la actividad física.
Mientras esto ocurría, se descubrió que la bodega también almacenaba salones de clase, un café internet y lo que vendría siendo una panadería para el siguiente mes.
"Si así se ponen por unos bollos, no quiero ni pensar cuando instalemos Taco Bell…
DESESPERADAMENTE REAL
COLONIZADORAMENTE CIERTO
Además de cena en casa ajena, conocerán a las sobrinas del patrón
Lo usaron de medio de transporte hasta el valle que la nieve cubrió
"¿Cómo vas, ma'? ¿Ya hay buñuelos?", preguntó un chavo todavía en pijama