Cerro de las frustraciones.- Un muestreo tomado entre trepadores de cerros y personas que practican el ciclismo amateur, ha mostrado que eran borrachos en su juventud, y que fue debido a su adicción temprano que decidieron enmendar su vida trepándose a la bici.
‘Yo me tomaba hasta el alcohol para inyectar, pero ¡mírenme ahora!‘, presumió un chavorruco con uniforme de Tour de France y aun con panza.
La revelación hará que se vea diferentes a estos seres, pues hasta hoy se les veía como un portento de salud y concientización ambiental, cuando detrás de ellas hubo borracheras que parecían manda y crudas interminables.
A pesar de la objetividad y certeza del estudio, no se determinó si el grado de alcoholismo de estas personas era o no mayor según la cantidad de aditamentos que compren para su bici, creyéndose que en efecto es así, ya que viene de un arrepentimiento profundo que estuvo a punto de hacerlos cristianos.
Los números del presente estudio servirán para propósitos sociales y mercadológicos, lo que hasta hoy se había desaprovechado ya que las tiendas de deportes creían que no era buena idea vender pomos junto a los uniformes deportivos.
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