Vecindad del Chavo, más bien del Sr. Barriga.- Ya van varias semanas que circula una imagen que supuestamente muestra a la Bruja del 71, también conocida como Doña Cleotilde, como un bomboncito de joven. Cosa que me pareció increíble, bien por mi ceguera infantil de que no aprecié a tremenda mujer o porque un personaje tan feo como ella no pudo haber sido tan bella.
Angelines Fernández, nacida bajo el nombre de Maria de los Ángeles Fernández Abad en Madrid, España; llegó a México en 1947. La actriz fue guerrillera en su país natal desde 1939 contra el régimen de Francisco Franco antes de ser actriz para Cantinflas y luego de Chespirito.
Sin embargo, las fotos que quieren hacer pasar por suyas son de Sara Montiel, también española aunque no guerrillera, que ya le está pegando a los noventa y tantos, pero que fue una diosa:
Angelines Fernández estuvo 20 años trabajando con el Súper Comediante, Cheeeespirito, de 1971 cuando empezó a encarnar a la Bruja del 71
hasta 1991, cuando interpretaba a Doña Nachita, la vecina de La Chimoltrufia. Angelines dejó la actuación debido al cáncer de pulmón que desarrolló y la mató por ser la novia del Dr. Manhathan, digo por fumar mucho cigarro.
Si te quedaste con ganas de más chisme, te recomendamos ver esta nota aquí, de cómo lucen hoy los integrantes de Nikki Clan, ¡está de rechupete!
Así es como sí se veía Angelines Fernández de joven:
1.
Se dice de manera extraoficial que Angelines siempre estuvo enamorada de Ramón Valdés, el actor que personificó a Don Ramón y que además también murió de cáncer de pulmón, actualmente están enterrados a unos pocos metros de distancia en Los Mausoleos del Ángel.
En resumen, no tienes que ser una belleza de joven para ser fundamental en la vida televisiva de un país. Simplemente tienes que ser tú misma y pelear contra dictadores te da puntos extra. Grande, Angelines Fernández.
INDESTRUCTIBLEMENTE REAL
DEGRADADAMENTE CIERTO
SEPARADAMENTE REAL
Nada como pasarla el 24 en bata evitando el estrés familiar
El pasar dos horas buscando estacionamiento es el primero paso para la canonización
La respuesta diplomática ya surtió efectos