Culichis, Paraíso de Ovidio – Luego de que las Chivas descubrieran las costumbre que tiene Víctor Guzmán de clavarse agujas en los brazos cuando se aburre, tuvieron que hacer válida la garantía antidrogas y se lo regresaron al Pachuca para que le cuiden la pálida de la pacheca. Sin embargo, Maradona lo arropó y juntos formaron el equipo de jugadores adictos, Dopados de Culiacán.
Luego de que se diera cuenta que su carrera no podría continuar en ningún equipo del futbol profesional se asoció con el director técnico y súper estrella de la cocaína, Diego Maradona, quien ya tenía contacto con los narcomenudistas patrocinadores ya que los conoció cuando dirigía al otro equipo de los narcos, los Drogados, digo los Dorados de Culiacán. De esta manera el ego megalómano empezó a dirigir todo.
Tanto Víctor Guzmán como Maradona se dieron cuenta que en México está tan buena la droga que es el mejor lugar para poner un equipo de adictos y se dieron a la tarea de reclutar a todos los que saben meterse hasta los dedos.
Por ejemplo, iniciaron su grupo de fanáticos de las sustancias con los míticos dopados de la Confederaciones 2005, aquella copa donde “la verde” de LaVolpe deslumbró al mundo entero:
Yendo de manera cronológica los siguientes invitados a jugar y obviamente cotorrear hasta el amanecer tenían que ser los asiduos del Clembuterol. Que no me refiero al “Canelo” Álvarez, si no a este par de jugadores que pertenecieron al América:
No ha tenido problemas reales de dopaje, pero como ya sabemos que es docto en temas de drogas, le invitaron a un integrante de la primer selección sub-17 campeona del mundo para bromear
Se dice que prepara unas buenas cubas en las fiestas de seleccionados y por lo tanto no podía quedarse fuera.
Uno de los primeros señalados por dopaje fue el emperador, quien partició en la Copa Confederaciones y fue acusado de usar Nandralona, pero que vamos ¿si sirve para formar músculo porque estaba escuálido? Se cree que la FIFA lo uso para ocultar el dopaje de un par de brasileños. Víctor Guzmán lo quiere para echarle a él la culpa de lo que pase.
El gafete de capitán lo iba a portar Víctor Guzmán, pero cuando este DIOS aceptó la oferta de Maradona, se le reconoció como el verdadero jefe de la peda de Víctor Guzmán.
Una vez dentro el propio capitán, “Gullit”, dijo que se tenían que traer a dos miembros que tienen conocimientos de subministros y todo el “know how” o “expertise” como le dicen los mamones. Nos referimos a este tremendo policía tan querido por Víctor Guzmán.
Y nada menos que al secuestrador y ex portero del Monterrey, que es necesario para cuando Víctor Guzmán tenga que lidiar con el hampa
Para la motivación de Víctor Guzmán y aficionados se acordó la creación de un holograma de Pablo Larios Iwasaki, quien ya pasó a mejor vida, pero siempre fue entusiasta de estar oliendo sus llaves.
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Ya se está preparando la producción en donde enfrentará a la malvada corporación