Peñasco del Tecnicismo.- En algo que para nada puede catalogarse como pereza, una mujer consiguió una incapacidad laboral para faltar a su trabajo mientras cuida a su mascota.
Sí, por inaudito que se escuche, un tribunal en Italia otorgó dicha incapacidad a una mujer de nombre ‘Ana’, quien tiene a un perro operado de laringe y carcinoma, y quien había faltado a su trabajo con sus respectivos descuentos, hasta que se decidió acudir a los tribunales en donde se dio el histórico fallo que hará que los patrones empiecen a preguntar a los empleados si tienen o no mascotas antes de contratarlos.
Resulta que la mujer al ver que su cruel patrón le estaba descontando los días que faltaba para quedarse a servirle croquetas a su perro, con ayuda de un colectivo animalista, acudió a la justicia usando un tecnicismo para obtener su permiso legal para faltar al trabajo:
“Algunas sentencias del Tribunal Supremo dejan muy claro que no curar a un animal comporta delitos de abandono y maltrato. El Código Penal italiano establece una pena de hasta un año de cárcel y una multa desde 1,000 a 10,000 euros a quien abandone su animal o permita que sufra gravemente”, aludieron los mascotistas productivos para conseguir el fallo a su favor.
No sabemos si el tribunal investigó o no la existencia de alguna veterinaria o pensión canina cerca de Villa Pamphili, ciudad donde vive la mujer de los días económicos, pero el punto es que le otorgaron la sentencia a su favor ‘para evitar que descuide a su mascota’, en un juego de palabras sacado de la mente de Beckett.
Ponemos la siguiente imagen sentimentalera para justificar la falta de productividad de Ana y el poco uso que le da a Google Maps para buscar perreras.
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