México.- Mucho se ha dicho respecto a la inexistencia de algo llamado “racismo inverso“, el cual consiste en tener comportamientos de desprecio y falta de equidad contra los privilegiados, güeritos y demás gente de alto pedorraje.
El pueblo fino de México pide hablar sobre este tema y decidimos que es el momento de abordarlo seriamente.
En realidad, somos una redacción que se disfraza de pueblo pero que bebe café del Libroestrella a escondidas; que se hacen llamar los becarios miserables pero trabaja en Macs con ropita de Zara; a los que les “pagan con Maruchans” pero también con mariscos los viernes; donde el problema más grande que hemos tenido es que alguien prenda el aire acondicionado y otro alguien sienta frío…
Así que no, chavos, aquí sí creemos en el racismo inverso pero no podíamos hablarlo sinceramente porque temíamos de represalias por parte de nuestros fans más aguerridos, aquellos que nos defendieron cuando se tuvieron que comprar zapatitos ortopédicos para un “becario”.
Lo que nadie les dijo, y hoy lo revelo muy a mi pesar y temiendo por mi cuello, es que ese dinero se lo quedaron para comprar tenis ortopédicos Nike edición limitada de casi 3 mil dólares.
En fin, esta es la verdadera cara del racismo inverso, nuestra realidad, nuestra cruel y fría realidad.
Hasta Trump ha quedado feliz con la resolución
Mejor van a bajar la aplicación de Duolingo
CRUZADAMENTE REAL
SOLIDARIAMENTE REAL
ERA DE ESPERARSE PERO CIERTO