Colina Aventino.- El calor está tan bravo que hasta los rondines del Papa por Roma son una fuente de insolación sin importar que te imagines las peleas de gladiadores que tanto gustan a los veganos.
Es así, que el día de ayer el Papa Francisco fue interceptado por una paisana de él, que le ofreció un mate (que vendría siendo como un tepache de estos lares, sólo que sin alcohol) que según dicen, es bueno para refrescar el alma.
La mujer que le dio la bebida sacó de un recipiente Stanley, de esos que duran toda la vida, el líquido que el Papa disfrutaba desde que se lo estaban sirviendo (oh, gracias señores de aceros Stanley, no esperaba estas regalías).
El Papa raudo y sudoroso ordenó al chofer que detuviera el vehículo para recibir el elixir que le estaban ofrendando, mismo que le pasaron para que pudiera degustar como si todavía fuera hincha del San Lorenzo.
Una vez refrescado, Su Santidad (título honorario que hace humear a los laicos) siguió con su caminata hacia el castillo de San Angelo desde donde podría observar todos sus dominios.
Otro ángulo del vídeo para que vean que en efecto sí se echo la bebida:
"Aquí cabría otra sucursal", añoró un sujeto harto de las filas todo el año
INVENTARIADAMENTE CIERTO
DESPISTADAMENTE REAL
INQUIETATEMENTE CIERTO
PRESUMIDAMENTE REAL
AÑORADAMENTE REAL