México.- “Ay, mira, qué detalle, no me lo esperaba”, exclamó fingidamente sorprendido Carlos Méndez, padre que los niños Mateo y Santiago, mientras abría su regalo del Día del Padre y miraba que eran unos hermosos calcetines que él mismo pagó.
Así como Carlos, miles de padres han permanecido durante horas ante el espejo para ensayar sus predecibles caras de emoción y sorpresa que tendrán que hacer cuando abran los regalos de sus hijos y descubran que es una camisa más, o un par de calcetines, o, si son de oficina, una corbata bien fufurufa.
Mientras tanto, las esposas —quienes realmente eligieron la camisa de regalo— se preparan para lanzar su clásico y tradicional comentario:
“ésta es para que la uses en ocasiones especiales, y ya dejes de ponerte esos jersey del América todos rotos que tienes”.Según marca la tradición de este dominguero día, el celebrado papá deberá impresionarse mucho con su regalo, y posteriormente será obligado a usar la camisa nueva para salir a cenar y sentir picor en el cuerpo durante toda la cena.
“Así es y será año con año, y por los siglos de los siglos”, aseveró un gordito padre de familia mientras reventaba el primer botón de su camisa nueva, para concluir orgullosamente el ritual del Día del Padre. “Por lo menos no tenemos una canción tan fea como en el día de las madres”, agregó triunfante.
CAÓTICAMENTE REAL
MADRUGUETE PERO CIERTO
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GORRONAMENTE REAL
INFAMEMENTE CIERTO