México.- Miguel Jiménez, joven de 27 años, logró una de las más grandes e insólitas proezas de la vida diaria: lograr exprimir una pasta dental hasta dejarla completamente vacía; hazaña que le asegura un digno lugar en los libros de Historia de la SEP.
Según antropólogos interesados por el caso, el Miki, como le dicen sus familiares, estuvo durante 57 días lavándose los dientes utilizando una pasta que, aparentemente, ya estaba por terminarse y ser sustituida por una nueva.
Sin embargo, el Miki perseveró y quiso saber hasta dónde podía apachurrar la pasta y que siguiera saliendo. Aunque cada vez le costaba más trabajo, la pasta dental parecía no agotarse nunca, “al octavo día comencé a creer que era infinita”, aseveró.
Así estuvo apretando con todas sus fuerzas el tubo de la pasta dental, y los días transcurrieron sin que la pasta se terminara. Aunque sus papás le insistían al joven que tirara la pasta y tomara una nueva, el Miki tuvo mucha fuerza de voluntad
y continuó con su proyecto.Fue hasta el día número 57 cuando el tubo de la pasta quedó completamente vacío, un vacío que nunca antes se había registrado en ninguna otra pasta dental. Pruebas de laboratorio corroboraron que el tubo no contenía más un poquito de aire. “Al último le tuve que echar agua para que saliera todo el resto, y así rindió todavía un poco más”, señaló Miguel.
La industria de pastas de dientes espera que esta información no trascienda más allá de una simple anécdota, pues si el mundo se da cuenta de que las pastas son casi infinitas, dicha industria perdería millones de dólares.
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PIADOSAMENTE REAL
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