Maméxico.- Todos durante la infancia conocimos a algún niño que gustaba de pincharse la yema de los dedos con un alfiler, niños que presumían esta habilidad como símbolo de su fuerza e ingenio, aunque siempre terminaban regañados por su mamá o la maestra.
Y es que grupo de psiquiatras expertos en el tema de las practicas salvajes para llevar a cabo el acto sexual, han asegurado que los infantes que gustaban de realizar la extraña maniobra del alfiler con la yema del dedo ahora son practicantes extremos del bondage.
“Este tipo de personas juegan constantemente con cosas que no deberían, y en la mayoría de los casos presentan trastornos del estado de ánimo”, dijo uno de los expertos que es aficionado al bondage pero sólo como espectador. “Hasta parece que de niños deseaban tener el síndrome del túnel carpiano, el cual ha destruido miles de vidas”, señaló.
Robin fue uno de estos niños:
Los expertos recordaron cuando en una ocasión un uinfante del norte de México ya no se pudo quitar el alfiler de la yema de su dedo, y tuvo que vivir con el por el resto de su vida, cosa que ya no le molestó cuando conoció a las primeras damas bondage que llegaron para demostrarle que su defecto era en realidad un don.
“El lado bueno de esto es que también pueden convertirse en grandes guitarristas eléctricos y expertos en la estimulación del orgasmo femenino”, dijo a manera de conclusión uno de los expertos. “Ninguna enfermedad es tan mala como la vida misma”, adelantó.
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Así me gusta ver a todos tomando todos los días y que nadie juzgue
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