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7 cosas que los diputados pueden privatizar durante el juego contra Corea

“¡Le van a entregar el aire a las trasnacionales!”

San Lázaro, levántate y anda.- Éste sábado, la selección mexicana de fútbol se enfrentará a su similar de Corea en la segunda ronda de la fase de grupos del mundial Rusia 2018.

Ante semejante oportunidad distractiva, la Cámara de Diputados ha convocado a sus integrantes para una sesión extraordinaria, según dicen, para intentar privatizar algunas cosas que deberían ser gratis.

Éstas son las 7 posibilidades que nuestros diputados tal vez le entreguen a las malvadas compañías privadas, por lo que debemos estar vigilantes y cada que gritemos gol voltear al Canal del Congreso para evitar que se está aprobando algún punto de acuerdo:

1.  El radio. Sin duda las frecuencias modulares pueden pasar a manos de empresarios avariciosos que nos pondrían comerciales entre canción y canción sólo para ganar dinero.

2.  Si nos descuidamos, nos privatizan las plazas públicas.  Imagínense el kiosco de algún pueblo con vendedores alrededor sacando provecho del capitalismo.

3. El aire.  Así como lo oyen, ya existe una iniciativa para cobrarle a los aviones por usar el espacio aéreo. Malditos diputados.

4. La telefonía local. En caso de que se privatizara, las personas ya no tendrían que rogarle a una paraestatal a que les instalaron una línea telefónica, y hasta las cuotas por el servicio bajarían, cosa que afectaría las arcas del gobierno con las que brinda apoyos sociales.

5.  Los voladores de Papantla. Varias transnacionales quieren la concesión para que dicho espectáculo sea inalámbrico afectando así, a los productores de cuerdas y henequén.

6.  Los estadios de fútbol.  ¿Se imaginan un país en donde se tuviera que pagar por entrar a ver un entretenimiento que debería ser gratis según la constitución?

7. Los atardeceres. Según se filtró, los diputados quieren que se cobre por voltear a ver al sol en su ocaso, y hasta tienen planeado que una trasnacional mande construir cortinas gigantes que se colocarían al poniente de las ciudades para que ningún ciudadano que no haya pagado, se aproveche de una vista romántica con la que pueda convencer a la novia.

Adolfo Santino
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