México.- Para muchos afortunados clasemedieros que nacieron a finales del milenio pasado, la infancia fue una etapa de felicidad y jolgorio antes de que llegaran las responsabilidades, los impuestos y la tentativa de suicidio.
En aquella época, en la que ignorábamos todo sobre el TLC o la verdad detrás de los reyes magos, hubo cientos de juguetes que pasaron por nuestros ojos despertando nuestro impulso por el consumo. Pero hubo unos cuantos que, por su tamaño, temática o por los comerciales que pasaban, nos hicieron pensar que al obtenerlos nos volveríamos auténticos niños ricos, pudientes, gente de razón, de esos que comen con cubiertos.
Por ello, nuestro Equipo de Becarios del INFONAVIT juntaron los 13 juguetes de la infancia que siempre anhelaron y que, si llegaron a tener, los hicieron sentir como verdaderos reyes:
1. El Auto-lavado de Hot Wheels
Se veía chido en los comerciales pero ya en vivo no era para tanto.
2. Castillo de Grey Skull
Uy, ¿a poco tus jefes ganan en dólares?
3. Baticueva
Venía con un batimóvil que se convertía en helicóptero.
4. Polly pockets
Para las morritas, o para los morritos antes de que definieran su identidad.
5. Mighty Max
Para los morritos, cuando descubrieron que ser hombre era que te gustaran calaveras, monstruos y hombres desfigurados. O para las morritas cuando rompieron con el heteropatriarcado sublimando sus gustos.
6. Barco pirata
Uf.
7. Isla del tesoro
Tsss.
8. Creepy Crawlers
Para hacer deliciosos insectos de gomitas.
9. Tortuglobo
Te lo trajo tu tío cuando lo deportaron del gabacho.
10. Pro Action Futball
Tú muy feliz mientras tus jefes comían arroz y frijoles todo el mes.
11. La Mansión de los Thunderbirds
Y tú apenas tenías la Nave 1, toda chirris.
12. Halcón Milenario
Sólo para auténticos millonarios.
13. El Anticristo
Aquí terminó todo.
COLONIZADORAMENTE CIERTO
Además de cena en casa ajena, conocerán a las sobrinas del patrón
Lo usaron de medio de transporte hasta el valle que la nieve cubrió
"¿Cómo vas, ma'? ¿Ya hay buñuelos?", preguntó un chavo todavía en pijama
ESPLÉNDIDAMENTE REAL
MADURAMENTE REAL