Ciudad del tururú.- Llega el momento en la vida de todo metronauta en que el dinero es poco y la calentura es mucha. ¿Entonces qué hacer? ¿Culpar al Gobierno? ¿Exigir más lugares de recreación íntima? ¿Manifestarse en el zócalo? Sí, pero hay soluciones más sencillas y que sólo podrían costarte cinco varitos.
Cuando no hay dinero para visitar uno de esos lujosísimos lugares de Tlalpan, debemos tomar en cuenta a la vieja confiable: el metro. Así es, amiguito, aunque la limusina naranja tiene estrictamente prohibido el cachondeo, a muchos les vale diez hectáreas de salchicha y usan los vagones para múltiples finalidades: mercado móvil, foros artísticos (o sea, los payasitos vagoneros), servicio de funerarias y, desde luego, cuarto de hotel movible.
Por todo esto, en El Deforma hemos realizado un intenso trabajo de campo (trabajo de metro) para conocer las diez idílicas ventajas de hacer de los vagones tu lugar ideal para echar pasión. Sólo recuerda que sea consensuado, perro asqueroso. Apúntele bien:
CÍNICAMENTE REAL
"¿Qué es eso de 'mueve los hombritos'?", se quejó la talentosa arista
Ni siquiera entiende la alegría de la gente para esta época
Eso de que "él todo lo ve" ya va cobrando sentido
MADURITAMENTE CIERTO
PITONISAMENTE REAL