Casa de Laura Sad.- Llega el momento en la vida de todo ser humano en que se harta (fastidia, cansa y agota) de pedirle (suplicarle, suplicarle, exigirle, implorarle y ordenarle) a tu compi sin importar su género que, por el amor de Dios, ya no regrese con su ex. Pues, aunque es la cuarta vez que regresa con ella o él, parece que no entenderá y que, en realidad, le gusta el sufrimiento.
De modo que no tenemos nada que hacer en ese caso. Debemos ver cómo maltratarán a nuestra amiga o amigo y esperar a que le vuelvan a romper el corazón y pierda nuevamente la dignidad para decirle: “¿Ya ves? ¡Te lo dije! ¡Te lo advertí! ¡Pero no me pinches pelas!”
Todos sabemos perfectamente cómo es el viacrucis de esa persona que no puede terminar definitivamente su noviazgo. Sabemos que al principio se notará muy entusiasta y, luego, nos dirá que ya regresaron. En fin… este doloroso proceso de sumisión se resume en diez pasos. Esperemos que tu amigo que no entiende lo pueda leer, imprimir y pegarlo en su cuarto:
Se bloquean de todas las redes sociales. Cambia su estado de “en una relación” a “soltero”. Le da “like” a las fotos de su amiga (amor imposible). Publica en su Twitter: “Ya se me había olvidado lo genial que se siente no estar en una relación”.
Finge felicidad. Dice que está mejor que nunca y que, ahora sí, es para siempre. Es más, dice que en un año no saldrá con nadie, que quiere disfrutar de su soltería y hacer todas esas cosas que antes no podía hacer.
Es viernes y decide ir a una fiesta. Está seguro de que ligará. A las doce de la noche se siente muy ebrio y saca su celular…
Intenta olvidar su recaída. Hace como que no pasa nada.
Camina por casualidad por los lugares donde su ex puede estar. A ver si, por casualidad, se la encuentra.
Quiere ver a sus amigos todo el tiempo. Está muy atento al WhatsApp. Comparte cientos de memes. Le marca por teléfono incluso a sus amigos de la secundaria para invitarlos a comer.
Le manda un mensaje a su ex, porque sintió que tembló y quiere saber cómo se encuentra.
Su ex le responde y aprovecha para preguntarle cuándo le “puede devolver sus cosas”. Acuerdan verse al día siguiente.
Hablan muy seriamente. Aceptan sus errores. Se piden perdón mutuamente. Deciden darse otra oportunidad y hacer las cosas bien. Se dicen que se aman, que se extrañaron y que ahora todo estará bien.
Vuelven a pelear. La historia se repite hasta el infinito o hasta que de la dignidad de tu amigo no quede ni una migaja.
"Ahorita llega la novia, tía"
RECLAMONAMENTE CIERTO
BOCONAMENTE REAL
"Ni parece que está hablando español", se quejó el dueño de una franquicia de pollos…
Yamcha tampoco puede superar que le hayan bajado a Bulma
Son los mismos que se andan con gorra en todos lados