Afiladores de cuchillos y vendedores de camotes lanzan soundtrack de su silbidito

Ropavejeros, vendedores de pomadas de boldo y tamaleros también se suman a la iniciativa

Taberna del eco.- Afiladores de cuchillos y vendedores de camotes lanzarán el soundtrack de su silbidito, que estará disponible en CD, DVD, Blu-Ray, Apple Store, Spotify y Napster de forma pirata.

Sin embargo, un nuevo conflicto se vislumbra entre los dos gremios opuestos, quienes buscan quedarse con los derechos de autor del característico sonidito con el que ambos llaman a sus clientes cual flautistas de Hamelín.

“Ese sonido lo inventó mi abuelo cuando abrió su primer negocio para afilar espadas en la revolución y ha estado en nuestra familia desde entonces. No permitiremos que unos vendedores de raíces apestosas nos lo quiten“, sentenció el “Cuchillo” Herrera.

El problema ya ha sido llevado hasta los tribunales del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI), quienes decidirán cuál gremio tiene razón y, por ende, cuál tiene el derecho de seguir hipnotizando a sus clientes con el silbidito. Esta decisión dejará al bando no favorecido al borde de la ruina, pues un afilador sin chiflidito sería como una papa sin catsup

, de acuerdo a la teoría ontológica desarrollada por Gloria Trevi.

Entre las pruebas que los camoteros están presentando, está una secuencia audiovisual en la que se ve a gente de la época porfiriana acercándose a un carrito de camotes después de haber escuchado el sonido a varias cuadras, a manera de prueba contundente de que ya se usaba el silbido incluso antes de lo que dicen los afiladores.

Dicho gremio, vale la pena decirlo, es apoyado por el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien ve en este conflicto la oportunidad perfecta para que la gente hable de él sin necesidad de prodigar dinero en revistas de reciente creación.

Después de varios meses de litigio, ambos gremios llegaron a un arreglo para que ambas partes salieron como autores del sonido en el soundtrack, en el cual también estarán la pista tradicional de los ropavejeros y tamaleros, cuyo grito característico será por fin llevado a la magia de la era digital para que quede para la posteridad.