México.- Hay de chavorrucos a chavorrucos, desde el ya maestro de maestros Yordi Rosado que nos da grandes lecciones con sus libros que a cualquier escritor de altura le crea envidia, hasta el que organiza “las buenas parrandas” como él le dice, en la colonia cuando cierran la calle y se arma el sonidero chingón.
El treintaÑERO llega a un nivel que pocos conocen, básicamente es el típico chavorruco pero con un toque ñero que lo hace único en su especie, así como todos los demás.
Pero dejémonos de palabrerías sucias y vayamos a la imagen que nos explicará los puntos que no le pueden faltar:
Justo cuando creías que hoy ibas a poder descansar
"No, aquí no compró nada el señor del Polo Norte", se excusó un gerente
GORRONAMENTE REAL
INFAMEMENTE CIERTO
"Si así se ponen por unos bollos, no quiero ni pensar cuando instalemos Taco Bell…
DESESPERADAMENTE REAL