Mansión de paredes delgaditas.- Harto de los “ruidos” de los vecinos al momento de hacer el “delicioso”, un sujeto no tuvo más remedio que dejarles una carta para rogarles que le “bajaran” un poquito a su desm*drito.
La carta pegada en el ascensor del edificio comenzaba con un formal “Queridos vecinos fogosos!!!”, con lo que cualquiera se podría dar cuenta de lo que iría el resto del mensaje.
El autor de la misiva llevaba tiempo harto de los ruidos nocturnos (y seguramente, también diurnos) de sus vecinos, que salían del bronco pecho de la pareja que vivían al lado, y que de manera desconsiderada, no se auto limitan a la hora de hacer ruiditos.
“Es grato saber que tenéis una vida sexual plena y activa, pero para ser sinceros, y sin ánimo de ofender, preferiríamos no estar al corriente de dichos suceso”, continuaba la carta rogatoria.
“La intensidad de vuestros encuentros amatorios solo es comparable con la berrea del ciervo en otoño, espectáculo sonoro donde los haya”, agrega el individuo no sin dejar de hacer la bella analogía del venado querendón.
“Todos los vecinos deseamos que podáis seguir disfrutando por muchos años de dichas prácticas, pero os agradeceríamos que, en beneficio de la comunidad, no nos hagáis partícipes de tal derroche de placer y bajéis los decibelios de las expresiones de gozo y entusiasmos que las mismas provocan. Rogamos que tengáis en cuenta nuestra solicitud”, decía finalmente el recado que provocará que la pareja se compre un bozal sin fines fetichistas.
“El que lo escribió tiene mucho tiempo libre… y envidia!!! Jajajaja”, fue la impresión de un internauta.
Los había dejado en una canasta desde la Pascua Se le habrían perdido desde la…
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FUE UN PLACER CONOCERTE PERO CIERTO
¿POR QUÉ HABRÁ SIDO? PERO CIERTO
INSUFRIBLEMENTE REAL
SERVICIALMENTE REAL