La situación ha provocado reacciones variadas, desde los que se cuestionan lo que pasaría en caso de averiar su bocina hasta los que aplauden su actitud desenfadada hacia la vida… y las vacaciones de los demás.
“Para un rato está bien, pero más, no sé yo. También me gusta descansar y escuchar el mar o leer un buen libro”, “La gente se cree que estoy todo el día cantando y no es así”, “Me encanta el formato: hamaca y sombrilla. No veo el mojito”, “señor venga a las playas de Alicante, es usted una persona vitamina”, “por favor, pon las playas a las que sueles ir para pasar de largo, te lo agradecería eternamente” o “haga una gira nacional” son alguna impresiones que dejó la para nada invasiva situación.