Increíble pero cierto

Peor que pensión: hacker que “chipeó” la Switch pagará a Nintendo 30% de su sueldo de por vida

Ahora sí le aplicaron el “game over”

Castillo de Koopa- Un sujeto que logró hackear la consola Nintendo Switch, fue condenado a pagar de por vida 30% de su sueldo a la empresa japonesa.

Si hay algo por lo que Nintendo tiene fama es justamente cómo se ponen con los derechos de sus videojuegos y personajes, y la manera en cómo persigue a quienes a quienes violan su marcas registradas, incluyendo a quienes hacen piñatas mal hechas de la princesa Peach.

Nintendo no se anda con cosas

Hace algunos años, se supo que un grupo denominado “Team Xecuter” había logrado “chipear” la consola Switch

para que se pudieran jugar los juegos sin comprarlos, incluyendo el ese entonces estreno The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, que es la peor pesadilla de la empresa.

El líder de dicho grupo de nombre Gary Bowser (oh, la ironía), originario de Toronto, Canadá, pero residente de República Dominicana, fue detenido por la policía justamente luego de que fuera ubicado como el responsable del hackeo tras la denuncia de Nintendo

.

“Comencé a convertirme en un intermediario entre las personas que hacían el trabajo de desarrollo y las personas que realmente poseían los chips modificados y jugaban los juegos. Recibí comentarios de los testers y luego los envié a los desarrolladores… y es por eso que terminé involucrándome más”, confeso Bowser en el juicio en el que fue condenado a pagarle a la empresa 14 millones de dólares por vulnerar su sistema.

Después de pasar algunos meses en prisión, el sujeto fue liberado debido a su edad, pero con la obligación de pagar del 25-30% de su sueldo por el resto de su vida.

“Pagaré lo que pueda, que no será mucho dinero, eso seguro, además podría ser mucho peor”, comenta resignado el individuo que ahora no quiere ni bajar un video de YouTube sin permiso.

Y por si acaso te lo perdiste: ya salió la verdadera “Martha” de la serie “Baby Reindeer” y vaya que sí se paree a la de los capítulos.

Adolfo Santino