Increíble pero cierto

Va uno y faltan varios: Salt Bae cierra restaurante en Nueva York por carero

Todo ha ido de mal en peor desde su participación en la final de Qatar

Rincón Salado.- Uno de los restaurantes que el cocinero Salt Bae tiene, tuvo que cerrar debido a sus precios caros y a las críticas de los usuarios que consumieron ahí.

Esto sucedió en específico con el loca que Bae había abierto en Nueva York, y que se “especializaba” en hamburguesas y malteadas, solo que a precios ya con la inflación como si estuviéramos en el año 2133.

Recordemos que Nusret Gökçe, mejor conocido como “Salt Bae”, se dio a conocer hace algunos años por su peculiar forma de sazonar la carne sin pensar en los hipertensos, y desde entonces, su fama no ha dejado de crecer, tanto que ha abierto restaurantes en muchas partes del mundo.

“En Salt Bae, tienes estos batidos elaborados y caros (99 dólares por un ‘batido dorado’) y luego tienes estas hamburguesas locas y caras, también de hasta 100 dólares. Pero Black Tap en realidad sirve hamburguesas bastante decentes y batidos regulares, por lo que Salt Bae es peor”, había ironizado un crítico gastronómico de nombre Ryan Sutton semanas antes de que cerrara el negocio.

Salt Bae vendía hamburguesas a 100 dólares

Y justo fue esa famita de cosas caras y sin sabor lo que llevó al negocio del chef turco a cerrar sus puertas bajo el pretexto de que “se habían cambiado de domicilio”, según pusieron en las vitrinas del local,  sin que hasta el momento haya aparecido la nueva locación alguno de los 5 barrios de Nueva York.

“Tenía todo el encanto de un hangar de aviones” , se mofó otro crítico al enterarse de la partida de Bae de la Gran Manzana.

Y aprovechando que esto está calientito, es justo el momento para recordar cuando los jugadores de la Selección Nacional fueron a comer a este restaurante en Dubai a las pocas horas de haber quedado eliminados, confirmando que las personas que siguen viendo el fútbol mexicano son seres especiales.

Y por si acaso se te pasó: Peso Pluma mató una cucaracha mientras hacía uno de sus pasitos y por fin su baile sirvió de algo.

Adolfo Santino

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