La Ley y el Orden.- La detención de Ricardo “N” tomó por sorpresa al Internet en un país donde la justicia es la excepción y no la norma. Aunque los youtubers e influencers prácticamente viven de la polémica, es raro verlos llegar al extremo de que terminen en la cárcel por algo que hicieron. Pero ha sucedido.
De hecho, en más de una ocasión un youtuber o influencer se ha visto en la necesidad de ir a declarar, pedir disculpas o ya de plano terminar tras las rejas por un delito. Por más que se quejen de que el Internet los fune por sus declaraciones desafortunadas, siempre será peor la cárcel.
Acá algunas figuras que se metieron en problemas con la ley.
ReSet es un youtuber español que era famoso por sus bromas. Pero una llegó demasiado lejos cuando le ofreció de comer galletas rellenas de pasta dental a personas en situación de calle. Terminó sentenciado a 15 meses de cárcel, 5 años sin YouTube y una multa del equivalente en euros a 700 mil pesos mexicanos. Ha estado apelando el caso y mientras tanto se cambió de nombre en la plataforma, pero el Internet no olvida.
Germán Loera es un exyoutuber que se presentaba como emprendedor e integrante de una agencia de marketing. Pero también pertenecía a una banda criminal. Fue sentenciado a 50 años de cárcel por el secuestro de una abogada de quien pidió rescate en bitcoin.
Un influencer colombiano pensó que sería buena idea cubrir barras de jabón con chocolate y hacerlas pasar por paletas para dárselas de comer a personas en la calle. Esto despertó la furia de los parces y también de las autoridades, que iniciaron una búsqueda para arrestarlo.
Un grupo de influencers españoles que se forraron de euros con sus canales decidieron mudarse a Andorra para pagar menos impuestos. El microestado es básicamente un paraíso fiscal y les permite darse de alta como youtubers ante hacienda para pagar solo el 10% de sus ingresos. En contraste, en España tendrían que pagar casi la mitad de lo que ganan en varo porque allá sí hay impuestos para los ricos. Por eso las autoridades los tienen bien checaditos en caso de que se descuiden y terminen rompiendo la ley.
Por algún motivo, los participantes de Enamorándonos terminan metiéndose en cosas raras. A algunos los han detenido en posesión de droga o han sido señalados por sus vínculos románticos con figuras del crimen organizado. Son tantos que tendríamos que hacer una lista específica de eso.
Dos youtubers gringos fingieron asaltar un banco y escapar en Uber. La policía llegó y casi le dispara a su chofer que no tenía ni idea de qué estaba pasando. Los dejaron ir con una advertencia y 4 horas más tarde volvieron a fingir que asaltaban otro banco. Ahí ya la policía se enchiló y los demandaron.
El influencer uruguayo Yao Cabrera ha tenido un montón de problemas con la ley. El último fue de cuando lo detuvieron por hacer una fiesta con drogas y menores en plena pandemia. Pero también fue acusado de no pagar la renta por meses, acosar a periodistas y la mexicana Caeli lo acusó de haberla agredido.
Este youtuber de origen venezolano tuvo la brillante idea de videograbarse buscando comida en las calles de la Ciudad de México mientras era portador de covid-19. Esto causó que lo investigaran las autoridades y hasta estuvo en peligro de ser deportado.
Tras la detención de Rix, ahora conocido como Ricardo “N”, muchos usuarios se preguntan si las autoridades también estarán armando un caso contra Memo Aponte. Lo que sí lo metió en problemas con la ley, pero de su universidad, fue una denuncia de acoso de una compañera que derivó en su expulsión. Además ha sido exhibido en redes sociales por mantener relaciones sospechosas con menores de edad.
Para cerrar la lista con un caso más noble, tenemos el de Jem-K, un hondureño que terminó en la cárcel por un robo. Como parte de un programa de reinserción social lo dejan tener un celular y grabar sus cosas, con lo que ha logrado armar un canal que suma 1.5 millones de suscriptores.
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¿POR QUÉ HABRÁ SIDO? PERO CIERTO
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