Hi5.- La prehistoria del Internet era una época oscura. Tener un módem en casa era caro y para conectarte tenías que juntar tus pesitos para pagar una hora en el ciber. Lo más cercano a redes sociales era Metroflog y muchas veces tenías que confiar que la supermodelo que te estabas ligando en Latin Chat realmente era quien decía ser. El catfish reinaba.
En aquella lejana época los celulares no tenían cámara, así que si querías subir una foto tuya al Internet tenías que tomarte una con una cámara digital, subirla a la computadora, meterle stickers emo en Photoshop y después subirla. Eso convertía al catfish en una actividad muy fácil de llevar a cabo y en la que todos caímos en algún momento como si fuera parte de un rito.
Era muy fácil que estuvieras ligando o incluso de cibernovie de una persona que (admitámoslo) seguramente era un cuarentón frustrado al otro lado de la pantalla. Para revivir esos viejos traumas de tu juventud en Metroflog, te dejamos con estos personajes con los que toda América Latina “ligó” alguna vez.
Una de las primeras influencers de Metroflog y Hi5 era esta morra, quien de hecho sigue siendo famosa en Instagram.
A pesar de que es obvio que la foto fue tomada con una webcam de hace ya dos décadas, mucha gente sigue cayendo en el catfish que usa a su carita como carnada. Por ahí leí que es la persona más suplantada en Internet, pero no sé qué tan cierto sea.
Ser emo estaba de moda por aquella oscura época y en Metroflog reinaban los güeros así, por lo que era muy común que les robaran las fotos para hacer la villanía.
Aunque en todos lados era común que te agregaran extraños con fotos falsas, el estilo variaba según la red social. Por ejemplo los perfiles falsos con esta clase de fotos eran más comunes en MySpace.
Los emos eran básicamente indistinguibles unos de otros, así que era fácil convencerte de que de verdad estabas hablando con quien creías.
Ya sea para burlarte de alguien más, para bajarle secretos o nomás para pasar el rato, a veces los catfish se convertían en noviazgo y de pronto te tocaba ver llorar a tu compa porque la morra con la que andaba resultó que no se veía para nada como en la foto.
7. Había catfish para todos y todas
Sin importar qué tipo de persona te gustara o en qué estilo, había alguien allá afuera listo para robar las fotos necesarias de gente bonita para engatusarte.
No era nomás agarrar una foto de alguien guapo. Si era alguien demasiado guapo resultaría increíble que se fijaran en ti, un alumno promedio de la prepa pública de tu municipio. Tenía que ser alguien guapo, guapa o guape, pero no tanto como parecer inalcanzable o demasiado obvio que era mentira.
¿Alguna vez supieron que sus fotos eran utilizadas para chamaquear chamacos en América Latina?
10. Tal vez siempre supimos que todo era falso
También queda en duda qué tanto participábamos en la mentira. Parecía demasiado bueno que gente tan bonita se fijara en nosotros, pero tal vez esa ilusión era mejor que nada.
"A mi suegra una vez no le cobraron sus compras", comentó guajiramente un comprador compulsivo
A VOLVER A HACER CITA PERO CIERTO
INMA*MABLEMENTE CIERTO
CIVILIZADAMENTE REAL
VUELA ALTO, HÉROE
IRREFUTABLEMENTE REAL