México.- Un chilango que antes era de Nayarit reportó la mañana de este miércoles la ausencia de sueño que le provocó un sinigual sonido, característico de la gloriosa y ruda CDMX. Desde su habitación donde se escuchan los gritos de borrachos locales, no logró distinguir entre balazos y cohetes por lo que se quedó pensando qué será.
“Pues… fueron muy seguidos y demasiados para ser balazos, además no se escuchó seco, dio un eco ahí extraño en el cielo, entonces seguro fueron cohetes”, se repetía constantemente el chilango. “Pero… ¿y si no?”, regresaba este pensamiento a su mente y volvía al insomnio.
Con esta serían 5 noches seguidas que se escuchan esos ruidos, además de la fiesta clandestina donde les importó el Covid, y por supuesto el fantasma que juega canicas en su techo, este millennial llega muy cansado a su escritorio después de varias horas sin sueño.
“Parece que el mundo está conspirando en mi contra para hacer todo a medias y después quejarme”, confesó el chilango todas sus redes, mientras mostraba la foto de su prensa francesa en Instagram.
Números otorgados del INEGI coinciden en que el 99% de los citadinos no sabe distinguir entre ninguno de estos sonidos, por lo que al presentarse en la noche, lo mejor es solo aceptar que existen y no salir de casa a menos que sea muy necesario. “Uno aprende a vivir con el peligro“, confesó un defeño que antes era de Monterrey.
Para descubrir si es balazo o si es cohete, los chilangos tendría que aceptar que su amada ciudad no es campo neutral como se creía en otros años, sino que hasta las urbes más pobladas también tiene pleitos con armas, y no solo se trata de un gran espacio donde sus perros french poodle cagan libremente.
“Es difícil ser chilango” comentó un chilango que tiene todo a media hora distancia.
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