Puerto Tiro.-Hay olores que existen a pesar de que la gente diga que no, pero que son fácilmente identificables por cualquiera.
Son esos olores que sólo cuando lo sientes puedes saber de qué son, aunque no los puedas describir, y sobre esos hablaremos en las siguientes líneas:
1. La lluvia huele, sí señor. Y no hablamos del tipo de gotas, gotitas o gototas, sino al olor característico de cuando cae la lluvia.
2. El olor a dentista. Y no nos referimos al dolor que viene, sino a la combinación de los instrumentos a medio esterilizar junto con el desagüe todavía con saliva del paciente anterior.
3. El olor a la casa de tus tíos, (no de tu tío). Y esto es recíproco: tus primos detectan un olor característico en tu casa, pero nadie dice nada.
4. El olor a refri. Inconfundible. Es más, sabes hasta cuando alguien lo dejó abierto mucho rato.
5. Tensión sexual. Lo sientes cuando tu papá se acerca a saludar a su cuñada.
6. A obo. Este se da por lo regular cuando llegas con tu novia.
7. Olor a viejo. Un sofá no deja mentir sobre el tiempo que lleva en ese lugar. Es como polilla con humedad, más rastros de polvo debajo del mismo.
8. A perro recién bañado. Es como la tierra mojada pero más profundo.
9. A libro nuevo. Se llama lignina, y es un compuesto que tienen los árboles y que se mantienen cuando se convierten en libros de Yordi Rosado. ¿Por qué dejan de oler a eso después de su uso? Es una incógnita que nadie ha podido responder.
¿Te acuerdas del día que Don Ramón hizo un programa con Luis Miguel? ¿No? Pues chécalo aquí:
DESCARADAMENTE REAL
DESCARADAMENTE REAL
AUTÓMATAMENTE CIERTO
LAVADAMENTE REAL
Son las mismas que durante el año ponían la música a todo volumen
BILINGÜEMENTE REAL