Japón.- El internet quiso cancelar a Sebastian Stan por una foto quesque disque “racista” que no tiene nada que ver con el actor. Todo fue por un post en Instagram de hace 2 años de su novia Alejandra Onieva disfrazada de geisha, que realmente no ofendía a nadie.
Hace menos de 24 horas cacharon a Sebastian Stan y a Alejandra Onieva dándose amor en un yate en Ibiza. Aunque nadie sabía qué pex entre ellos, todos pensaban que la actriz española tenía una relación con el modelo Jon Kortajarena.
Pero en fin, si no topas a Ale, ha salido en series como “Presunto Culpable” (no la peli mexicana), “High Seas“, “Old Bridge’s Secret” y “Ella es tu padre“… No te preocupes, nosotros tampoco topamos nada de su chamba.
Entonces, en esas 24 hrs, algunas morritas, que seguro sueñan con casarse con Sebastian y que son súper celosas y enamoradizas (Y seguro eran igual con Edward Cullen). se pusieron a stalkear a su nueva novia.
Las progres sacaron un post de abril de 2018 del Instagram de Ale, donde ella y una amiga salían vestidas de geishas e incluía un pie de foto “Dos ‘japonesitas’ in the middle of the night”.
Pero gente que sólo quiere ver arder el mundo comenzó a criticar como racismo esta foto y que seguro era burla. Cuando quizá, lo más probable, es que fuera una fiesta con temática japonesa o hasta de disfraces.
Lo malo fue que la gente comenzó a acosar a Sebastian Stan, diciéndole que cómo podía estar saliendo con una mujer blanca que fuera así de insensible. Pero bueno, boys will be boys and progres will be progres.
Por lo mientras, nosotros estamos esperando con ansias el estreno de The Falcon and the Winter Soldier en Disney+, donde Sebastian volverá a darle vida a Bucky Barnes en el Marvel Cinematic Universe (y que seguro aquí en México nos vamos a piratear).
"Si así se ponen por unos bollos, no quiero ni pensar cuando instalemos Taco Bell…
DESESPERADAMENTE REAL
COLONIZADORAMENTE CIERTO
Además de cena en casa ajena, conocerán a las sobrinas del patrón
Lo usaron de medio de transporte hasta el valle que la nieve cubrió
"¿Cómo vas, ma'? ¿Ya hay buñuelos?", preguntó un chavo todavía en pijama