Corral de lechones.- “Incrédulos y entusiastas del recalentado han sido vilmente engañados, y con mucho pesar se les avisa que ustedes serán ustedes la cena de Año Nuevo, con lo que los invitamos a acabarse los buñuelos y tamales que aún quedan en sus casas”, fue el mensaje que empezó a circular estos días en una frecuencia de radio, confundiendo a glotones y pre diabéticos.
‘¿Cómo que no me arrimaban más recalentado por buenas gentes?’, asimiló un gordito mientras volteaba a ver a su infeliz esposa.
El mismo mensaje en líneas posteriores advertía sobre la forma en cómo se debe sazonar a las personas una vez que han sido puestos en un régimen de engorda, y como hacerle para ablandar la carne.
Las ollas gigantes del pozole serían pues, una trampa para que los glotones se pongan a punto para la cena de Año Nuevo toda vez que los pavos ya han sido consumidos en la cena navideña.
Para el convite han sido invitadas todas las personas moderadas que a pesar de haber más mole, se limitaban a un sólo plato, cosas que sus congéneres no pudieron resistir, convirtiéndose entonces en el platillo fuerte de la cena.
‘A ver si no me cae pesado mi tío, pero bueno, con la sidra y las uvas me lo paso’, previó un sobrino local.
INQUIETATEMENTE CIERTO
PRESUMIDAMENTE REAL
AÑORADAMENTE REAL
"¿Todavía no pasa Año Nuevo?", preguntó desorientado un sujeto que creía que estábamos en martes
Un duro golpe a los boomers que van nomás a pasearse
"¿Cómo es posible que la gente esté dispuesta a hacer lo que sea por dinero?",…