La misa.- Durante la audiencia general del papa Francisco, una pequeña se subió al escenario y comenzó a bailar y a jugar con el Sumo Pontífice, quien la dejó hacer lo que quisiera, ya que la niña padece una enfermedad, no como la señora mexicana y egoísta que una vez lo jaloneó de la emoción.
La niña que sorprendió a todos se soltó de los brazos de su madre, con la intención de subirse al gran escenario de mármol. “Déjenla tranquila. Dios habla a través de los niños. Déjenla, déjenla”, le dijo el pontífice a alguien que trató de bajar a la pequeña.
Por su parte, la morrita brincaba de un lado a otro frente al papa, saltaba y a veces soltaba un fuerte aplauso. Y todos los presentes la veían con ganas de unirse a su fiesta.
La menor volvió con su madre, quien trató de mantenerla quieta, pero como la misa resultó ser un poco como las mañanera de AMLO, la niña se volvió a subir y esta vez se puso justo enfrente del papa, lo que ocasionó los aplausos de la multitud en la sala de audiencias del Vaticano.
Aquí el momento que demuestra que los padrecitos también son chidos:
Así mismo, el papa Francisco invitó a todos a rezar por las personas que padecen enfermedades mentales, para que Yisus y dios nuestro señor las cuiden. “¿Recé por esta persona a la que vi sufrir?”, concluyó.
Esperemos que todo los padrecitos del mundo se vuelva tan cool como el papa.
Seguiremos siguiendo, Joaquín.
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