México.- Ya sabemos que día con día pierdes un poco más le fe en el mundo, y piensas que a la humanidad ya se la llevó el Diablo, o Trump, o el neoliberalismo, o como le quieras llamar. Sin embargo, siempre habrá un rayito de esperanza que alumbrará este oscuro valle de lágrimas.
Y ese rayito de esperanza es un niño que va en el kínder y que vive en Sonora. El pequeño ha despertado el entusiasmo y la admiración en miles de personas debido a su conmovedora historia de bondad, empatía y altruismo.
Sucede que una joven, hermana mayor del morrito, compartió en su feis que, cuando cargó por un momento la mochila de su carnalito, vio que estaba más pesada de lo habitual; al abrirla descubrió que el niño traía huevos y yogurt.
“«¿Por qué traes esos huevos en la mochila?» Y se quedó callado por un momento, después me dijo «Es que en mi kinder hay un niño que no tiene comida y nunca lleva lonche»
“, relató la muchacha.La noticia ha conmovido y ablandado hasta el más duro de los corazones, y al más insensible de los seres, pues mientras muchos se la pasan aplicando el “quítate tú pa’ ponerme yo”, o el “me hago el dormido en el metro para no ceder el asiento”, o el “me hago el que estoy embobado en el celular para no responder el «buenos días» del que se acaba de subir a la combi”, este morrito nos da una gran lección de vida.
Fuentes de chocolate afirman que el Comité Nobel Noruego ya está evaluando el magníifico desempeño de este morrito para otorgarle el premio Nobel de la Paz un día de éstos (nomás tiene que hacer fila y competir con los presidentes del primer mundo).
Eso sí, la única duda que nos queda es si los huevos que el niño metió en su mochila para dárselos a su compita eran buebitos cocidos porque, si no, qué complicado comérselos así todos crudos. En fin, la intención es lo que cuenta. Seguiremos informando.
DESCARADAMENTE REAL
DESCARADAMENTE REAL
AUTÓMATAMENTE CIERTO
LAVADAMENTE REAL
Son las mismas que durante el año ponían la música a todo volumen
BILINGÜEMENTE REAL