México.- Rodolfo Ordóñez, millennial recién llegado a la Narvarte, fue diagnosticado con obesidad, hipertensión, triglicéridos altos, colesterol y peligro de diabetes, una semana después de haber descargado una aplicación para pedir comida a domicilio.
“Mi plan era eliminar de inmediato la app, pues sólo quería pedir un alambre al pastor que se me había antojado a las dos de la mañana; pero no pude, esto es más fuerte que yo y que mi autoestima, y ahora no dejo de pedir comida engordante”, comentó sollozando Rodolfo mientras se zambullía dos hamburguesas y se secaba las lágrimas con una sincronizada de pierna.
Esteban, roomie de Rodolfo aseveró que le advirtió a su compañero de los peligros de descargar dichas aplicaciones, pues él también ha subido varios kilitos desde que pide comida a domicilio, “pero ahora es demasiado tarde, el mal ya está hecho, los niveles de colesterol están altos, el mal del puerco se propaga
y el baño sigue tapado”, apuntó Esteban.Mientras tanto, en varias taquerías de zonas céntricas de la CDMX se puede ver una alta afluencia de motocicletas y mensajeros que hacen largas filas para pedir diferentes tipos de garnachas y, posteriormente, irlas a dejar a algún edifico fresa donde hay millennials hambrientos que gran parte de su sueldo se lo gastan en dichos servicios.
Fuentes conspiranóicas afirman que los creadores de este tipo de aplicaciones de comida tienen la finalidad macabra de hacer engordar a dicho sector de la población para después crear otras aplicaciones de nutriólogos, enfermeras y doctores a domicilio.
“No vamos a descansar hasta ver que todos los millennials hayan engordado y necesiten ayuda, muajajajpa… digo, buen provecho”, comentó un motociclista mientras estaba formado en el puesto de los tacos.
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CAÓTICAMENTE REAL
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