Plataforma de la Aleta.- Como una cucharada de Maruchan fría sin camarones cayó la noticia a la comunidad Godínez de que las latas de atún son en realidad soya condensada con un toque de caldo de camarón para que agarre sabor.
La información haría de miles de oficinistas y estudiantes de intercambio, veganos involuntarios, lo que los colocaría en una estatura moral para criticar y ver con displicencia a quienes aún creen en la evolución y la cadena alimenticia, amen de un deficit en la proteína B12 en el cuerpo.
‘No sabía que era vegano, ahora le voy a empezar a decir a todo el mundo‘, señaló emocionado un Godínez mientras se volvía a abrochar el botón de su camisa.
La soya drenada habría sido encontrada en todas las latas de atún aleta amarilla, siendo el aceite vegetal lo único amarillo dentro del producto vegano.
‘Tienen que cambiar la etiqueta de producto que diga que es comida vegana si no quieren que los multemos’, advirtió un inspector de la PROFECO a un barco pesquero.
Se espera que la comunidad vegetariana, atea y crosfitera acepte a los consumidores de atún como nuevos feligreses y les hagan el rito de iniciación con el que los ungen como seres superiores con todos los derechos para despreciar a los demás, incluyendo familiares cercanos, así como un tutorial que los ayude a sobreponerse a la soledad.
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CAÓTICAMENTE REAL
MADRUGUETE PERO CIERTO